FUEGO EN CIRUGÍA

Si bien los incendios en el ámbito quirúrgico son poco frecuentes, su ocurrencia puede tener consecuencias devastadoras tanto para el paciente como para el personal y los equipos
¿Por qué ocurren?
El incendio en el ámbito quirúrgico ocurre cuando se combinan los tres elementos del “triángulo de fuego” (calor, combustible y oxígeno)
- Los cirujanos son los que aportan la fuente de ignición y el calor, a través de los electrocoaguladores, fuentes de luz de fibra óptica, instrumental láser, coaguladores de argón y chispas de las fresas usadas en ondontología y/o traumatología – ortopedia
- Los anestesistas aportan los gases: el oxígeno, el óxido nitroso y el aires comprimido
- Las instrumentadoras por su parte aportan el combustible: campos de tela o descartables, gasas, sábanas, entisépticos de piel, etc.
¿Qué hacer?
En principio, cada miembro del equipo quirúrgico debería comprender los riesgos de su actividad y asumir los recaudos para que sus correspondientes “lados del triángulo” no se combinen entre sí:
Se deben desarrollar normas y procedimientos de emergencia para la extinción de fuego durante las cirugías que impliquen:
- Si hay fuego SOBRE EL PACIENTE, mientras parte del personal se aboca a la extinción del fuego se debe:
- Interrumpir el flujo de gases a su vía aérea
- Remover inmediatamente el material que esté ardiendo
- Ocuparse del paciente: reiniciar su ventilación en forma manual, controlar el sangrado y otras condiciones clínicas asociadas, y evacuarlo del lugar.
- Si hay FUEGO EN LA VÍA AÉREA, mientras parte del personal se aboca a la extinción del fuego, se debe:
- Retirar el tubo endotraqueal y cualquier otro resto de material que pueda quedar en la vía aérea.
- Interrumpir el flujo de gases en la vía aérea
- Irrigar la vía con solución salina o agua
- Ocuparse del paciente. Ya sea restableciendo la vía aérea y reiniciando la respiración, como sus condiciones clínicas generales.