FALTA DE SUEÑO Y SEGURIDAD DEL PACIENTE

Los trabajadores de la salud se encuentran en estos días sometidos a enormes presiones en su lucha contra la pandemia COVID-19. No es infrecuente que tengan horarios de trabajo muy extensos y menos períodos de descanso. Sin embargo, resulta fundamental reconocer los propios límites, ya que la falta de sueño (fatiga) puede exponerlos a ellos y a sus pacientes.
Impacto de la fatiga:
- Lapsus en la atención e incapacidad para mantener la concentración
- Reducción de la motivación
- Menor capacidad de resolución de problemas
- Confusión
- Irritabilidad
- Lapsus de memoria
- Comunicación deficiente
- Procesamiento de la información o razonamientos lentos o defectuosos
- Mayor tiempo de reacción
- Indiferencia y pérdida de empatía
Factores de riesgo
- Trabajar en distintos turnos
- Trabajar durante la noche o muy temprano a la mañana
- Viaje largo entre la casa y el trabajo
- Trabajo exigente
- Turnos prolongados (>10 hs)
- Semanas laborales prolongadas (>50 hs)
- Dormir habitualmente poco (<7 hs)
- Pocos “recreos” durante el trabajo
- Rápido regreso al trabajo (<12 hs)
Estrategias para combatir al sueño
- Limitación de las horas de trabajo (límite de 80 hs. semanales, 10 hs. de descanso entre turnos, no màs de 8 hs por día en áreas críticas, etc.)
- Educación y toma de conciencia
- Combate al sueño
- Evaluación de la actual política de turnos y guardias
- Higiene del sueño (horarios regulares, evitar ingestas copiosas, ropa cómoda, etc.)