TELEMEDICINA Recomendaciones

La actual pandemia COVID-19 ha dado un gran impulso a las teleconsultas, una de las formas de telemedicina. Esta modalidad de atención tiene beneficios significativos, dentro de los que se cuentan:
- Facilitar al paciente el acceso en forma rápida y sencilla a los especialistas y permitir a éstos a contar con mayor información del paciente
- Evitar desplazamientos, en ocasiones largos e innecesarios.
- Apoyar a los médicos y centros que ejercen su labor en zonas aisladas.
- Disminuir el tiempo de internación.
- Favorecer la continuidad asistencial.
- Facilitar el diálogo entre profesionales y usuarios.
- Aumentar la cultura sanitaria de la población.
- Proporcionar mayor eficacia a las campañas de salud.
- Permitir la actualización de conocimientos de profesionales que ejercen en lugares remotos.
- Potenciar el trabajo en equipo entre profesionales de la salud.
- Facilitar nuevas herramientas diagnósticas y de gestión clínica.
Sin embargo, las nuevas tecnologías también implican nuevos riesgos. Tenga en cuenta las siguientes recomendaciones, surgidas del consenso de especialistas en el tema:
- Limite las teleconsultas sicrónicas (en tiempo real) a aquellos pacientes que carecen o tienen dificultado el acceso a la consulta presencial (ya sea por razones geográficas o de salud)
- Brinde a su paciente material de apoyo educativo, a fin de que pueda comprender los beneficios y limitaciones de este sistema y pueda elegir libremente su uso.
- Garantice el cumplimiento de un proceso de consentimiento informado mediante el cual se garantice que el paciente comprende dichos beneficios y limitaciones.
- En caso de ser factible, limite las teleconsultas sincrónicas al seguimiento de pacientes que usted ya conoce presencialmente.
- Garantice, en caso de ser posible, el acceso a la información clínica del paciente, previo a la teleconsulta síncrona.
- Establezca criterios explícitos para convertir la teleconsulta a una consulta presencial en aquellos casos en los que la consulta virtual es el primer contacto entre el profesional y el paciente.
- Registre, una vez finalizado el encuentro virtual, los hallazgos e indicaciones en la historia clínica del paciente, ya sea ésta digital o de papel.
- Realice la teleconsulta en un ámbito adecuado, a prueba de ruidos, con luz ambiental indirecta, con mobiliario y equipamiento acorde a su especialidad y pintado de colores que no comprometan la buena visibilidad de los involucrados al ser vistos los mismos a través de los monitores.
- Guarde formas de etiqueta, particularmente en todo lo relativo a gestos, vestimenta, uso de la cámara, uso del celular, enfoque d ela cámara y uso del micrófono.
- Tenga impreso y a resguardo (plastificado, enmarcado, etc), una guía rápida de cómo iniciar la sesión virtual, el protocolo de atención incluyendo los saludos, el esquema de presentación del caso, el paso a paso del examen virtual y las pautas para la discusión de casos clínicos.
- Realice encuestas de satisfacción para ser entregadas tanto al paciente como a los médicos interconsultores. Incluya temas como calidad del audio, calidad de video, facilidad de uso, nivel de satisfacción y cumplimiento de expectativas. Consulte si le recomendarían la modalidad un familiar o amigo.
- Utilice tecnología que cuente con estándares de ciberseguridad para la inviolabilidad de la información.
Fuente: “Salud Digital y Telemedicina. Biblioteca virtual NOBLE. Mayo 2020.